16/1/18

Feminismo, lector hipersensible, autocensura y otras cosas.

Este final de 2017 se ha hablado mucho de sí las novelas románticas deben de transmitir un mensaje educador de un amor sano o se les permite todo porque son ficción (y morbo), sí los personajes machistas se admiten en la histórica y no en la contemporánea y si las mujeres tenemos que empezar a no dar por buenos todos esos detalles cotidianos que se asumen, pero que nos siguen relegando a un lugar secundario en la vida.
Hay mucha tela que cortar y sería imposible llegar a todo, pero sí me gustaría tocar algunos puntos que veo confusos, no entiendo y también me sorprenden.

Las novelas románticas deben de transmitir un mensaje o se permite todo porque son ficción.
Bueno... hay que matizar un poco (o un mucho).

Sé que no lo habéis pedido y que a muchos os parecerá absurdo (porque tenéis el vuestro y ese es el que realmente vale), pero os voy a dar mi humilde punto de vista. En realidad, he aplicado una lógica aplastante y he intentando no dejarme llevar por sentimentalismos ni convicciones personales.

Si el género romántico dice ensalzar el Amor que triunfa ante la adversidad, lo que encontramos en muchas novelas de ficción romántica es la idealización de ese amor como dependencia emocional de la pareja, celos, relaciones tóxicas aceptadas, todo aquello a lo que la protagonista «renuncia» por mantener su relación... No son solo esas cuatro frases machistas que de vez en cuando aparecen en boca de protagonistas masculinos (y también femeninos), es mucho más. Y, si gritamos que en el género romántico ensalzamos el Amor, algo estamos haciendo mal. ESO no es amor. Sí, es lo que desde niños nos han inculcado, pero no nos equivoquemos, no lo es.
Con todo esto no quiero decir que esas situaciones no puedan aparecer en una novela, sino que no se deben de presentar como amor verdadero. En la ficción (y en la vida real) hay violadores, manipuladores, celosos, controladores... Los hay, es una realidad y no podemos darle la espalda, pero a estos personajes no se les pueden perdonar todos esos defectos en pro del amor. No, porque ese es el mensaje equivocado que dan muchas novelas de romántica y lo peor es que se asume sin un pestañeo porque es algo que ha ocurrido siempre. 
Me sorprende que a menudo se haga una comparativa con la novela negra argumentando que el protagonista es un asesino y sin embargo los thrillers no potencian que la gente se inicie en una carrera de violencia y crímenes. Matar está mal, la sociedad lo tiene asumido (ningunear a la mujer también, pero eso no nos extraña al verlo por escrito). Torturar, descuartizar... Los libros de novela negra lo cuentan con pelos y señales, pero el mensaje no es el mismo. Matar está mal y en pocos casos el asesino queda impune, y si su trabajo es elogiado es porque se trata de otra mente enferma. Ni menos ni más.

Así que, en las novelas todo está permitido, son ficción y así debe de ser. Sin censuras ni cortapisas, que he visto comentarios en detrimento de la libertad del autor y creo que están sacados de contexto totalmente, pero al margen de todo eso, el género romántico debería defender un mensaje subyacente, el de amar desde la igualdad, desde la libertad. Denunciando o no admitiendo esas miles de situaciones en las que la mujer adquiere un papel secundario.

Y dejemos de confundir conceptos, porque una mujer fuerte no es la que dice tacos o se comporta como un depredador sexual. No es la que impone su voluntad. Una mujer fuerte es independiente, toma sus propias decisiones y lucha por vivir en igualdad.

Centrémonos ahora en la novela romántica histórica.
Yo no veo realmente la diferencia, creo que el mensaje escondido debe de ser el mismo, sobre todo si quién firma es un escritor de hoy, otra cosa es una historia contada por un autor coetáneo de la época en cuestión. Por supuesto que, cuando retrocedemos en el tiempo, las situaciones cambian, los contextos son diferentes y, ante eso, los protagonistas de hace cien años no pueden actuar igual que el hombre de hoy (bueno al menos en cierto porcentaje, para muchos la situación no ha evolucionado). La vida de una mujer o de una persona de estatus social inferior valía muy poco, y agradezco que todo eso se plasme en la historia, pero el mensaje de amor verdadero debería de ser el mismo: Amar desde la igualdad, sin idealizar ese amor romántico de sumisión, de dependencia emocional.

Lectores hipersensibles.
Es algo que me hace mucha gracia. A todos aquellos que denunciamos ciertas actitudes se nos tacha de hipersensibilidad lectora y, en seguida, una horda de lectoras te sepulta bajo una capa de mojigatería, puritanismo y rigurosidad moral contraria a sus gustos o intereses, y, oye, cada uno tiene (o debería de tener) la posibilidad de hablar sin miedo y de denunciar aquello que no ve correcto, solo así se establecerá un debate sano entre todas las partes. Solo así creceremos como personas. Yo no me considero un lector hipersensible, leo de todo, pero seguro que muchas de las que me estáis leyendo, por no ver las cosas como yo, pensáis que estoy sacando el pie del tiesto. No es la primera vez que me dicen cosas como «Si no te gusta, solo tienes que dejarlo y leer otra cosa»,  «Infórmate mejor antes de empezar un libro» o incluso «Es ficción, deberías de saberlo». Qué bonito. Qué salida más fácil. Yo quiero, como lector, poder expresar mi opinión y si es razonada (cosa que normalmente intento), que sea respetada como la de cualquier otro. 

Autocensura.
Con esto termino por hoy y, además, lo haré rápido y con una petición: Autor, no te autocensures, yo solo te pido que seas coherente.









8 comentarios:

  1. Hola eMe,
    Vaya tema más espinoso que nos propones...
    Estoy de acuerdo en muchas cosas que dices. A mi sobretodo se me pone los pelos de punta cada vez que leo esas declaraciones en que los protagonistas no deja de repetir "eres mía", el amor no es posesión.
    Como bien dices, luego están las protagonistas "feministas", las que tu nombras como depredadoras sexuales, entre éstas y las protagonistas que espera que su chico se fijen en ellas sin permitir que ningún hombre las toque (he leído libros que la protagonista hasta llega a vomitar porque otro hombre se le ocurre darle un beso tras una cita) mientras que el protagonista tiene una cita tras otra, tiene que existir un termino medio. Y las hay porque yo las he leído.
    Creo que hay que respetar las opiniones de todo el mundo... he visto a lectores machacando a otros por comentar lo que tu denuncias. Pero al contrario también, lectores que atacan a otros porque les gustan las novelas con relaciones tóxicas. Que cada uno opinen lo que quiera, que lean lo que les dé la gana. Ni uno ni los otros son mejores o peores. Ni unos son mojigatos, ni los otros son machistas o están mal de cabeza por gustarles algo que a uno le parece tóxico.
    Me has hecho reflexionar, y hasta has conseguido que cambié una percepción que tenía. Yo era de las que decía que si uno podía leer una novela negra sin convertirse en un asesino en serie, en la novela romántica no era diferente. Pero en ese matiz no había caído, mientras en la novela negra lo condenan, en la romántica lo ensalzan... me has dado en que pensar... Aunque yo sigo leyendo romántica con relaciones tóxicas, y me pueden gustar (aunque me cabree un montón por lo tonta que es ella), pero entiendo perfectamente que eso no es amor, y que en la vida real sería insostenible una relación de ese tipo... Cómo me complicas la vida con tus refleciones jajaja
    Besos

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    1. Uis!! ¿Se ha entendido que las protagonistas feministas son depredadoras sexuales? Nada más lejos, no quería decir eso. Hablaba de las mujeres que se llaman fuertes. Cuando un autor de romántica publicita que su mujer es "fuerte"y lo hace como sinónimo de modernidad, normalmente me echo a temblar, porque suele ser sinónimo de todo eso que comento. El feminismo es otra cosa, es libertad, es igualdad y creo firmemente que todos deberíamos ser feministas. Nosotras y ellos.
      Y por supuesto que se tiene que respetar a todo el mundo y hasta escucharles, porque uno no siempre está en posesión de toda la verdad, aunque lo crea.
      Reflexionar... pues es de lo que se trata. Si pensamos en las cosas, crecemos como personas. Y eso es muy bueno.

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    2. No, no se ha entendido eso, tranquila. Precisamente era eso a lo que me refería, que algunos autores nos quiere vender que una protagonista es feminista porque va de cama en cama, que por otro lado no es nada malo, pero como bien dices, eso no quiere decir que sea feminista.

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    3. :)
      Son cosas muy diferentes. Pueden coexistir, pero no se condicionan una a la otra.
      Gracias, Sonia.

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  2. Me gusta cómo lo enfocas. Es cierto que es un tema delicado y lleno de matices. Dentro de la ficción cabe cualquier cosa y no hay límites a lo que se puede contar, ¿pero tampoco los hay para lo que se puede ensalzar? Yo no tengo problemas con un protagonista homófobo (por poner un ejemplo). Me puede caer fatal y sin embaro ser una buena historia. Ahora, si el mensaje de la novela es que los homosexuales son enfermos que se curan tras reeducarlos ¿también tenemos que decir que es estupendo y que el autor está en su derecho de escribir lo que le dé la gana?
    No sé, creo que en realidad, muchas veces ni siquiera somos conscientes de que seguimos dando por normales cosas que no lo son, o no les damos suficiente importancia. Por eso me guedo con lo que dices al final, no se trata de censura, sino de coherencia. Muchas gracias por la reflexión, eMe.

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    1. Hola, Marisa! :)
      Es un tema de lo más complicado porque se puede interpretar y malinterpretar de muchas maneras, pero el problema básicamente es ese, que damos por normales cosas que no lo son y que no les damos importancia suficiente.
      Yo no creo que deba existir la censura, de verdad, cada uno puede sacar de dentro y escribir lo que quiera, pero las palabras y, sobre todo, el mensaje que subyace en el interior (ese del que a veces no eres consciente hasta que te paras a pensar) son importantes. Nos educan, nos abren los ojos, nos hacen crecer.
      Mil gracias por pasarte.
      Un abrazo grande.

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  3. Hola!!
    Como siempre estoy totalmente de acuerdo con tus palabras. Entiendo que las diferentes épocas sociales contengan diferentes comportamientos, pero el mensaje general ha de ser el mismo y por eso hace tiempo que dejé de leer novelas, por decir algo, publicadas en los años 80 en los que se confundían de pleno ciertos conceptos.
    Ahora no entre en mi cabeza que esos comportamientos se realcen y se defiendan, No digo que no se escriba sobre ello y, desde luego que no se lea tampoco, pero que no me lo intenten vender como una historia bonita de romance.
    Un besote, y con tu permiso comparto ;)

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    1. Hola, Pepa!
      Creo que hay miles de pequeños detalles que pasamos por alto por estar muy asumidos por la sociedad, pero ya ha llegado el momento de que empecemos a darnos cuenta. Después... en nuestras manos está el cambiarlo.
      Un abrazo grande y por supuesto que puedes compartir, no necesitas mi permiso, esta es tu casa.
      Besos.

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